Lo vi meditando
y me sorprendió su arrogancia
Con una mirada perdida
Un semblante enigmático
De repente algo cambio
Ya no eran sus ojos
Como si se hubiera cambiado de piel
Otra vida estaba en su cuerpo
Fue raro ver el cambio
La prepotencia parecía irse
Y la soberbia iba corriendo a otros ojos
y la soledad viajo a otro corazón.
Realmente el espejo me hizo ver
Que ese hombre cruel,
Orgulloso y prepotente
Ya no era el hombre que yo quería ser
martes, 21 de septiembre de 2010
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